domingo, 19 de junio de 2011

EL 15M Y CHINA: RAZONES PARA EL BOICOT

Si Europa y América no cambian a China, se convertirán en ella. Cuanto menos se contenga a China, y a los grupos financieros y empresariales instalados en ella, más se desequilibrará el saldo de la balanza comercial, y más derechos se recortarán en Occidente.
 
China ha demostrado que el capitalismo salvaje funciona mejor en un sistema abiertamente totalitario como el suyo,  que en un sistema hipócritamente totalitario como el Occidental.

China tiene una ventaja productiva insuperable con respeto a las economías occidentales, carece de derechos humanos en términos laborales, esto es lo mismo que decir que su poder de competitividad es atroz, ya que el coste de la mayor parte de su masa productiva  es casi nulo o, lo que es lo mismo, inhumano. Este hecho ha atraído la avidez y la codicia de los principales grupos empresariales y financieros del planeta y ha hecho que un país de más de 1200 millones de individuos sin clase media, se haya convertido en la fábrica del mundo durante las últimas décadas. 

Los principales grupos financieros y empresariales europeos se han instalado en China para enriquecerse más si cabe, a cambio de abrir los mercados europeos a la penetración de los productos fabricados en China, a unos costes muchísimo más bajos que los productos similares fabricados en Europa. De este modo, aquellos grandes grupos, se han hecho mucho más ricos, pero a costa de provocar el empobrecimiento o la ruina de muchísimos de sus compatriotas europeos, y de favorecer que el Estado Chino  y sus empresas consigan unos multimillonarios excedentes de capital con el que ir comprando, poco a poco, porciones cada vez más significativas de los grupos empresariales que aún operan en Europa, e incluso de la deuda pública de los Estados Europeos.

¿Por qué ante las prácticas de competencia desleal del Estado y empresas chinas, la Unión Europea no ha implantado aranceles especiales que frenen la importación  en Europa de los productos chinos?

La explicación es sencilla: porque a los grandes grupos financieros y empresariales europeos no les interesa, ya que si se impusieran esos aranceles especiales correctores de los desequilibrios que arruinan al pueblo europeo, se les acabaría el gran negocio.

De este modo el Pacto del Euro no es una ley proteccionista de los ciudadanos de la U.E, sino todo lo contrario, se trata de una ley ofensiva contra los ciudadanos de la U.E. que, en el nombre de la productividad y la competitividad, se apresura a recortar gastos sociales y el estado de bienestar, para que el pueblo europeo compita en condiciones de más miserable igualdad contra ejércitos de trabajadores que viven en régimen de semiesclavitud en los países en vías de desarrollo. Y todo ello para que las grandes empresas se alcen sobre el cadáver de la clase más anticapitalista de nuestra época: la clase media.

Y aún más, el Gobierno español tiene concertados convenios comerciales con  el Gobierno chino, concediendo cada año millares de permisos de residencia y de trabajo en España a ciudadanos chinos; además, la apertura de comercios mayoristas y minoristas de esos ciudadanos chinos en España están exentos de impuestos durante los dos primeros años, pero a efectos reales se prorrogan de manera indefinida,  ya que cada dos años esas actividades suelen cambiar de titularidad fiscal a  favor  de otros ciudadanos, también chinos, prorrogando así las condiciones de exención.

Y esos comercios ¿Qué productos comercializan? ¿A qué trabajadores emplean?; En la inmensa mayoría de casos, tanto trabajadores como productos son chinos.

Y mientras las PYMES españolas pagan religiosamente sus impuestos y pagan a duras penas los alquileres y los suministros, o se ven sencillamente abocadas a cerrar y liquidar despidiendo a sus trabajadores, la red de comercialización china se permite el lujo de pagar con toda solvencia hasta los alquileres mas astronómicos y hacer cajas espectaculares.
 
Ante la alianza de grupos plutocráticos de la Unión Europea contra su población, si no hay aranceles comerciales especiales frente a China, el pueblo tendrá que imponer aranceles  populares: SE ACABÓ EL NEGOCIO, BOICOT AL CONSUMO DE PRODUCTOS DE EMPRESAS EUROPEAS INSTALADAS EN CHINA.

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