martes, 14 de junio de 2011

LA RADIOGRAFIA DE UN VOTO OCCIDENTAL

Más allá de la necesidad de la reforma de la ley electoral, vamos a  intentar hacer el mapa de  trazabilidad del valor de un voto occidental. Se trata de un trazado marcado por tres lacras impuestas

Primera lacra: listas cerradas, sustitución del carisma por el programa, el líder por el partido.

Segunda lacra: concesiones y adecuaciones de todo programa electoral a las directrices de las instituciones europeas, a las que se ha cedido de antemano, a lo largo del proyecto europeo, parte de la soberanía nacional, es decir, parte de la autonomía programática de acción nacional. 
 
Tercera lacra: concesiones por parte de las instituciones europeas democráticas a los dictados de las instituciones mundiales plutocráticas como: FMI, BM, BCE. 

Estas instituciones no actúan como  organismos democráticos sino teocráticos, son templos erigidos a Pluto, el Dios de la Riqueza,  que gobierna impunemente sobre este mundo.

 Y… ¿Cuál es la señal inequívoca de su reinado imperial? Pues, sencillamente la fe ciega que profesa este mundo por el divino Pluto, al poner al dinero como valor supremo de la existencia. 

Entonces, ¿cuál es el resultado del mapa de trazabilidad de un voto europeo? El resultado es el siguiente: Cuando votamos, votamos a una persona impuesta, que aboga por un programa impuesto, por unas instituciones supranacionales que ejecutan, lo que unas instituciones plutocráticas les han impuesto. Cada voto europeo lleva implícito y refuerza esta triple imposición.

Entonces, a quién votamos todos, votemos lo que votemos: al programa plutónico del ultraneoliberalismo. Bajo distintos nombres, bajo distintos emblemas, bajo distintas consignas, bajo distintos símbolos. Todos votamos a Pluto y todos le servimos a él. ¡Bienvenidos al gran circo de la democracia occidental! 

¿Qué es un partido? Una lengua de Pluto, ¿Qué es una Constitución? Una boca de Pluto, ¿Qué son las instituciones europeas? La garganta profunda de Pluto y ¿Qué son las instituciones internacionales como el FMI y BM? El aliento de Pluto, que extiende por el planeta la halitosis de la corrupción moral y la decadencia de la dignidad humana. 

Cuando votamos, votamos a esta peste plutólatra -adoradora de la riqueza- que ha antepuesto -la adicción a la riqueza- la plutomanía, a la supervivencia biológica de la especie humana en este planeta.

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